(Santa Teresa de Calcuta).
Es bien sabido lo que es un aborto: el asesinato de un ser humano aun no nacido. A pesar de ser lo que es, científicamente hablando, la sociedad actual opta por anteponer sus sentimientos y opiniones subjetivas para definir de una u otra forma el crimen del aborto.
En este primer artículo se hará un breve análisis sobre qué precede al hecho de abortar por una violación, tema principal que ha movido a escribir este post.
Para comenzar hay que afirmar que en pleno siglo XXI, el llamado «siglo de los derechos y libertades», hay dos corrientes de visión para afrontar y debatir sobre este hecho tan abundante cada día como es el aborto.
Por un lado está la postura de la ciencia, de la biología y de la realidad: Lo que hay en el vientre uterino de una mujer es un ser humano en proceso de desarrollo. Al ser una persona en crecimiento está, por ende, viva. Numerosos estudios de embriología y ginecología dan fe de ello. Además, no hace falta tampoco recurrir a ningún estudio superior para asegurarse de que «aquel ser» está viviendo: con ver una ecografía es suficiente.
Por otra parte está la versión que, repudiando la verdad científica, opta por decir sí al asesinato de un ser humano inocente, indefenso y extremadamente débil. Esta versión se ampara en tres ideas:
- La manipulación del lenguaje endulzando lo que, objetivamente, es aberrante. Cuando sale en una conversación el término «aborto» aun muchos lo ven de forma peyorativa. Un ejemplo claro se observa en el versículo 8 del capítulo 15 de la primera carta a los corintios de San Pablo. Dice literalmente el texto: «Por último, como a un aborto, se me apareció también a mí». Desde antaño nunca ha sido, y ahora tampoco es, una palabra que traiga buenos recuerdos. Es por eso que ahora se ha cambiado la palabra «aborto» por «interrupción del embarazo», dando por hecho que es una cosa que se empieza, se corta y se reanuda cuando el interesado guste. Escenifica cortar una vida para, después, si el cliente desea, pegarla. Por fortuna o desventura la corporalidad humana no da para eso. Esta manipulación del lenguaje que quiere presentar bonito algo que es muchas cosas menos hermoso constituye ya trending topic en muchos buscadores de internet y blogs.
"A ellas nunca se les permite mirar la pantalla de ultrasonidos, porque sabemos que si lo hacen y escuchan el latido del corazón, no querrían hacerse el aborto" (Doctor Randall, antiguo abortista).
- El deseo egoísta y los pensamientos subjetivos. Una vez que el lenguaje modifica con propósitos mentirosos la realidad, lo que queda es ampararse en el criterio propio. Ante la compleja tesitura de un embarazo (que ya ha hecho de la mujer una madre y del hombre un padre) quien recurre al aborto pretende eludir la vida misma, tanto suya como la de su hijo. Es por eso que, cuando una madre no quiere tener el hijo que porta en sus entrañas, dice «no quiero ser madre», aunque ya lo sea desde el momento de la fecundación. Se engaña inconscientemente para no sentirse culpable por lo que va a hacer abortando (o sea, matando) a su hijo. Y en vez de pensar en las dos vidas se queda con su «yo».
Incluso hoy lo siento como algo un poco peculiar, porque como médico fui entrenado para conservar la vida, y aquí estoy, destruyéndola.
Doctor Nejamin Kalish, abortista.
- La industria que mueve millones y alienta al aborto como derecho civil reivindicativo y sediento de «libertad de decisión» para la mujer. Un aborto vale dinero, bastante. Muchos políticos y empresarios ricos de corte ultra-capitalistas y/o marxistas promueven el aborto en los parlamentos y en sus asociaciones privadas. Hay muchos ejemplos: Hillary Clinton, George Soros, Albert Rivera, Carmen Calvo… También lo hacen muchos colectivos de corte neo-marxista que consideran la maternidad como un yugo del que hay que deshacerse, lo mismo que el deseo de formar una familia. Los movimientos LGTB y feministas, subvencionados por el estatismo político, son los grandes defensores de matar al niño para que la madre (oprimida supuestamente por ser mujer) se libere de su yugo impositivo por el sistema cis-heteropatriarcal.
Precio del aborto quirúrgico en España | Precios orientativos |
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Aborto hasta 12 semanas con anestesia local | 325 € aprox. |
Hasta 12 semanas con sedación | 450 € aprox. |
Hasta 14 semanas con sedación | 500 € aprox. |
Una vez analizadas las dos posturas posibles sobre el aborto habría que preguntarse por el desencadenante de que una mujer desee permitir y ser cómplice del asesinato de su hijo.
Ciertamente ya se ha aludido indirectamente a varios factores que generan que una mujer (apoyada o no por su pareja masculina) acepte que eliminen a su criatura. Desde la presión social, pasando por la cultura actual y la insinuación azucarada del lenguaje… dan ganas de abortar.
Una vez pasado el remordimiento interior (que después saldrá a la luz tras ese acto antinatural cometido) el motivo solo es la mecha que detonará el ir a la clínica (o a un tugurio insalubre), abrir las piernas y meter los aparatos en la vagina para destruir al ser humano que allí mora sin percatarse de que su propia madre ha dejado que lo asesinen.
Creo que he sido afortunada por formar parte de esto. Si no me hubiera implicado, habría ido por la vida perfectamente satisfecha de acudir a fiestas de la sociedad médica y habría resultado muy, muy soso. Me habría aburrido como una tonta.
Doctora Jane Hodgson, abortista pionera.
La dinamita (una vez encendida la mecha de la pólvora) será el acto y sus circunstancias que hayan producido el embarazo. En la civilización presente hay infinitud de posibilidades de producirse un embarazo y no querer afrontarlo. Algunos ejemplos gráficos y comunes son:
- La noche de discoteca y la borrachera en el descampado.
- Se rompió el condón.
- ¡Me violaron!
Una vez aclarados ciertos términos y fases con respecto a la acción circundante de un aborto se intentará hacer hincapié en uno de los pretextos más fuertes y poderosos que podrían intentar justificar un aborto: LA VIOLACIÓN.
(Doctora Beverly McMillan, antigua abortista)
Hay una conclusión categórica con la que el ser humano del siglo XXI tiene que estar de acuerdo, sí o sí. En la tele, la prensa, charlando en el bar con los amigos… siempre hay un tema de conversación que aparece: EL AUMENTO DE LA VIOLENCIA EN TODO EL MUNDO.
aunque sea defendido por quienes se auto-declaran defensores
de los derechos humanos»
(GILBERT KEITH CHESTERTON
La violencia reviste muchas caras de manifestación. Asesinatos por cuestiones religiosas como hace el ISIS, suicidios, extorsiones, contra la mujer, abortos…
Sin duda una violación es un tipo de violencia, tan cruel y letal como un aborto. Y también el número de violaciones en el mundo crece y engorda cada año, a pesar de que haya numerosas y costosas políticas que intentan reducir esta lamentable lacra. Las violaciones a mujeres, como son actos sexuales, pueden generar embarazos no deseados. Tesituras de esta índole cada día acontecen. Y ante esta limítrofe realidad ¿qué se puede hacer? Hay dos posibles opciones:
- Que el niño nazca y salga adelante con o sin la compañía de la madre.
- Que el niño sea destruido en el vientre materno y su mutilado cuerpecito sea arrojado a los desechos orgánicos.
Tras introducir ampliamente la maraña de factores que de forma concatenada pueden desembocar en la idea de abortar por una violación a continuación este post a raíz de 3 simples preguntas pretende que el lector a la luz de la razón libre y personal llegue a una conclusión:
¡NO AL ABORTO, NUNCA, EN NINGUNA CIRCUNSTANCIA!
(Dr. Neville Sender, abortista).
- PREGUNTA I: ¿SOLUCIONA ALGO RESPONDER MAL POR MAL? El emperador Claudio llegó a decir una frase que en situaciones como la mencionada podría sustentar la segunda vía de actuación ante un aborto por violación: «Los desórdenes violentos exigen remedios violentos». Traducido a nuestros días vendría a significar: Un acto atroz requiere otro igual de atroz. Contextualizando con la realidad hay infinitos ejemplos históricos detallados en la literatura: 1. Jack el destripador: Aquel afamado médico de la reina Victoria que mutiló varias prostitutas en White-Chapell porque les tenía un odio fuera de los límites de la cordura. 2. El jinete sin cabeza: Aquel sanguinario germano que cortaba cabezas a diestra y siniestra por su pasión a las carnicerías humanas. 3. La madrastra de Blanca-Nieves: Una celosa mujer que ansiaba destruir a toda mujer más hermosa que ella en sus dominios.
Estos ejemplos ciertamente exagerados vienen a colación de una tesitura como la que se está dirimiendo. Una mujer que no quiere ser madre en ese momento, que, por supuesto, no está embarazada por búsqueda expresa, para intentar disimuladamente dejar de serlo (porque ya es madre, aunque sea de un no nato por el momento) recurre a todo con tal de que su plan se realice. Como solo puede decidir entre las dos opciones ya descritas, si coge la violenta (es innegable que un aborto sea una acción totalmente violenta) hará un mal.
Esa mujer dará permiso para que un médico mate a una persona. Y no a una persona cualquiera. Ordenará matar a su propia sangre, a su obra, a su vida compartida en su interior. Y ahora habría que preguntarse: ¿Qué significado da que una madre mate a su hijo? En una civilización donde la pena de muerte es tabú, constituye un acto bárbaro, ¡una violación de los derechos de cualquier ser humano! El asesinato está penado por la ley natural, va contra la propia naturaleza. ¿Cómo no se van a esperar cosas peores cuando una madre ha accedido a que despiecen el cuerpo y aplasten la cabeza de su hijo?
SI UN FETO NO ES UN SER HUMANO ¿QUÉ ES ENTONCES?
He aquí lo que sucede: Un acto violento como una violación si se intenta remediar (que no se puede) con un medio igualmente violento desemboca en la mutilación de una vida. No ha solucionado nada porque: 1. La madre sigue siendo madre, aunque sea de un hijo muerto. 2. El mal que sufrió la mujer lo ha compartido su hijo. Dos por uno. Y mientras que la violación no es de libre consumo el aborto sí. 3. La mujer habrá mermado sus ingresos por el coste de la clínica abortista. Y además habrá adquirido el síndrome post-aborto. Siempre pesará en su conciencia el remordimiento de la triste realidad que ella ha elegido: Ha matado a su descendencia.
REMORDIMIENTO
DEPRESIÓN
SUICIDIO
TRATAMIENTO DE ALTO COSTE
¿Te merece la pena?
2. PREGUNTA II: EL ABORTO ES UN MAL ¿DE UNO O DE DOS? Cuando se habla de dar a luz ¿cuántos seres humanos hay? Dos: La madre y el hijo. Cuando se habla de aborto (que se asemeja bastante a un alumbramiento, salvo por que el hijo sale muerto y en pedacitos) ¿cuántos seres humanos hay? ¿Uno o dos?
La patraña de «mi cuerpo, mi decisión» ha dejado en evidencia a la mujer que se ha sometido a un aborto. Puede ver, dependiendo de la clínica, un cubo cerca suya donde reposan los restos de su criatura. No cabe duda que, para el bebé, ha sido un fin fatálico. Y ¿para la mujer? Sin duda también.
Igual que dos hacen una vida, otros dos la destruyen.
El mal no es solo para el ser inocente triturado por los aparatos del médico asesino abortista. También lo es para la mamá, no solo ya por el sentimiento de shock y la problemática psicológica por la violación a la que ha sido forzada sino por la realidad que, más o menos libremente (téngase presente que, cuando una mujer ha pasado por una violación, las terribles secuelas que le deja se convierten en impedimento para actuar libre y en pleno uso de sus facultades mentales) ha escogido como destino, sino, como añadidura, las consecuencias fratricidas de ese miserable acto.
¿Qué interés hay en provocar el mal a uno mismo? Si una mujer violada desea abortar ¿le quitará o le aumentará el mal? ¿Será solo del feto extirpado el problema o será de aquella que ha ordenado su extirpación?
3. PREGUNTA III: ¿QUÉ HARÁ MÁS BIEN: MATAR Y OLVIDAR O SALVAR Y AMAR? Hay cosas a lo largo de la vida que se olvidan fácilmente como la vez en la que uno fue al centro comercial o al parque… y hay otras que jamás se olvidarán: tu cumple, navidad, la fecha de tu boda, el nacimiento de tu hijo, su primera comunión, el día de su boda, su graduación… el día en que fuiste violada, el día en que abortaste a tu hijo…
Un asesinato no se olvida, afirman los expertos. Salvar una vida tampoco. ¿Qué recuerdo es más placentero? ¿Qué recuerdo dará más felicidad? ¿Cómo es mejor vivir la vida: con esperanza o con un crimen sobre los hombros?
Será por la naturaleza o por la psicología… pero es la mujer la verdadera artífice de que su hijo nazca. Ese vínculo de fuerza nada ni nadie lo podrá romper.
Hay muchas oportunidades para matar y sufrir, se revive cada minuto que el ser humano habita la tierra. Sin embargo, también hay oportunidades para amar, ser amado y generar amor: Si un hijo generado de una violación no es fruto del amor de un padre sí puede serlo de una madre que desea amarlo por aquel hombre que no supo amar a su hijo.
Con esta tercera y última cuestión este post queda abierto. ¡OJALÁ SEA LEÍDO Y DIFUNDIDO PARA DAR ESPERANZA Y FUERZA A TODA MUJER QUE DEFIENDE EL ABORTO POR VIOLACIÓN!
LA VERDAD SIGUE SIENDO LA MISMA: ¡NO AL ABORTO! ¡JAMÁS, EN NINGUNA CIRCUNSTANCIA!